miércoles, diciembre 12, 2007

Dos semanas de vida


Sumerjo mi nariz en los plieges de su cuello y me pierdo en ese olorcito tan de ella, tan mío. Cierro los ojos y le recorro los cachetes, la naricita, la boca y esos ojitos tan vivaces con los que nos derrite. Le paso el dedo por la frente y ella cierra los ojos y se entrega. Su respiración, -tan cortita, tan pequeña- se hace más profunda. Y allá vamos. Abandono mutuo a los mimos. Mi mano en su pecho la cubre por completo y adivino que es completamente feliz. Le dibujo de una punta a la otra su espaldita, tan perfecta, tan milagrosa. En mi mano cabe su cola y paso por sus piernas hasta los deditos de sus pies. Ella se mueve y se sonríe entre sueños. Suspira. Y vuelvo a los pliegues de su cuello y a cubrirla de besos.
Hoy Matilda cumple dos semanas de vida. Perdió el pupo esta mañana, pero me necesita tanto como las 41 semanas que estuvo dentro mío. Qué maravillosa responsabilidad saber que uno significa el ciento por ciento para alguien. Que come de mí, que acunarla en brazos es suficiente para calmarla. El tiempo irá cambiando estas cosas, pero mientras tanto, hijita, a tus 14 días, yo te sigo recorriendo. Y sé que te encanta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este relato huele a perfumes...de mami,de beba,de AMORES...de esas instancias en la vida,que uno nunca va a olvidar...Profundo y tierno como ese cuellito de Matilda... Hermoso Laura Querida,gracias por compartirlo,seguimos de novios todos!!! Que Dios los bendiga,Flia! Besitos de los Martínez de las Canarias!

Ximena dijo...

Hermosas y conmovedoras tus palabras Laura, qué lindo poder sentir y decir asi. Te mando un beso grande y te felicito por tu ser madre.