martes, julio 22, 2008

Conversadora

No sé si en este blog me he pronunciado sobre mi suegra. Compinche, atenta, siempre tierna con alguna tarjeta o regalito y conversadora. Sí, muuuuy conversadora. Esto es reconocido en todo el universo martinzalez, al punto que algunos hijos "huyen" cuando empieza a contar las cosas que, según declaran ellos, escucharon ya 102 veces. Las nueras, en cambio, nos quedamos y hacemos buena letra.
Y como verán, la nieta también: le sigue los pasos!!!!! Para los que no saben: la que habla por teléfono es ella, que tiene un arsenal de cosas preparadas para hacer ruido para cuando "conversa" con Matilda. Ah, y para orgullo de la mamá, ¡lee el diario!




Hablando en serio: te quiero Gra!!!! A los dos, almas buenas y generosísimas!!!

miércoles, julio 16, 2008

Enfermita...

Por segunda vez en su cortita vida, Matilda tiene enteritis viral. Vómitos, algo de fiebre, mucha diarrea y nada nada de hambre. Hace cinco días que no come.
Hoy fuimos el doc y está chirucita: 6,600 kilos a los 7 meses y medio.
Felipe me gasta porque dice que me largué a llorar cuando la subieron a la balanza (no fue taaaaaaaaaaaaaaaan así), y el doc me consolaba diciendo que es agua lo que perdió, que seguro llegó a 7 kilos y que se va a recuperar rápido. "Dos años luchando para que engorde y una vida entera para adelgazar", premonizaba.
Todavía no despedimos la teta: al menos una vez al día toma. Retomé cuando se enfermó y algo está sacando. Cuando le contamos al doc que ella se estaba destetando, fue clarito: "Las nenas son así, se diferencian de la mamá muy pronto: le dicen ésta es tu teta, éste es mi cuerpo".
Como Enrique veía mi cara de no creerle demasiado, insistía en diferencias la testosterona y la progesterona con la que vienen al mundo. "Los nenes se separan más tarde de la mamá, a veces nunca", decía. ¿Será así? Yo no quiero.


Ah, y el doc me regaló una cucarda: "Ocho meses de lactancia, segundo hijo, trabajando ("con paro del campo", acoté yo), es todo un mérito". Así que el duelo está hecho y cuando nos repongamos, le decimos adiós a la teta.

Carpa mágica (no las del Congreso)

Unas noches atrás llego de trabajar y el Ipe y Titín estaban jugando en la carpa. Matilda ya dormía, así que apagamos todas las luces y con unas linternas nos inventamos todo lo que Joaquín se imagina: que se viene la tormenta, que hay tiburones, que estamos en un barco, que hay que ir a buscar algo nadando a oscuras, que...
Tan seductor era el panorama que nos organizamos hasta un pic nic ahí adentro. De más está aclarar que si entro yo, el Ipe tiene que salir. Si entra el Ipe, las "patitas" le quedan afuera, porque la carpa tiene su mobiliario: no hay plasmas ni barras VIP. Encontramos almohadones, cajas, bombuchas desinfladas (una vez metimos un paquete entero) y algún auto que los grandes nos encargamos de aplastar al entrar.
Después, a instancias de Felipe, probamos hacer esta foto mágica acumulando luz de las linternas. Ensayamos 10 veces y esta es la que nos salió:


viernes, julio 11, 2008

Cosas de casa



7 meses

Este invierno está tan lindo que podemos ir casi todos los días a la plaza!

lunes, julio 07, 2008

Despidiendo la teta

Yo lo veía venir, porque hace tiempo que no mamaba con ganas, gustosa. Y pasó el viernes: Matilda no quiso la teta y, como quedó inquieta, probé con una meme y se la devoró. Intenté más tarde, tomé Vipral por si era cuestión de cantidad, probé varias veces el fin de semana. Algo tomó, pero definitivamente la mamadera la convence más. Se queda más tranquila y pipona (¿será por eso entonces que no ha aumentado tanto de peso en las últimas semanas?).
Yo quería esperar uno o dos meses más, hasta que pase el invierno. Pero así como ella eligió nacer un 28 y no el 22 que era su fecha, ha decidido despedir la teta ahora, no cuando la mamá quería. Así que estoy despidiendo el maravilloso mundo de la teta. Los puentes que tejimos con nuestras miradas siguen firmes y aunque no tengamos la teta, los vamos a correr una y mil veces. Snif.

miércoles, julio 02, 2008

A mi Matilda

A la noche, cuando llego a casa, a veces hago la prueba. Te tiene el papá en brazos, yo entro y sólo me pongo frente a vos. No hablo, no hago fiestas. Sólo estoy. Vos me descubrís, se te iluminan los ojos, largás el chupete y la sonrisa se te estira de oreja a oreja. Empezás a patalear y agitar los brazos, diciéndome "aquí estoy, llegaste, vení, abrazáme". No cabés en tu cuerpito de tanta alegría... Y yo, a esa altura, tiré mis cosas y empecé a los gritos a hablarte.
Y a los tres se nos nublan los ojitos.