jueves, julio 26, 2012

Acá estamos

No quiero abandonar este espacio. No quiero y no quiero. Y aunque el tiempo va pasando, y los días corren a caballo de los deberes diarios, las meriendas, los horarios y todas las responsabilidades que nos tocan. Pero acá estamos, doblando la segunda mitad del año. Organizados, respirando familia, disfrutando de la rutina. A propósito, ¿por qué tiene tanta mala fama esa palabra? A mí encanta. Creo que si la rutina te hace feliz, vas encadenando una serie de felicidades cotidianas. Chiquititas. Minúsculas. Pero que le dan mucho sabor a la vida. Por supuesto que a veces uno se cansa y zapatea un poco: todo se desarticula un poco hasta que vuelve a fluir. Preparo cuatro meriendas diarias, a veces cinco. El año que viene se suma la más pinina al cole y serán dos más. Y los imagino en el recreo, abriendo los tuppers, compartiendo, llenándose de migas, chupándose los dedos. Picarescos, frescos, risueños, ricos. Mis pollitos, con los ojos averiados después de un triple fondo de ojo para control.

jueves, diciembre 15, 2011

Uvita



Estamos terminando el año, como todo el mundo. Y como todos, corriendo con las fiestitas, las despedidas, los cierres. Ayer tuvimos una deliciosa fiesta de jardín de infantes. A Matilda, de salita de tres, le tocaba actuar de uvita.
Estaba preciosa con su disfraz. Ella, fascinada entre tanta cosa inflada.


Claro, no tuvimos en cuenta (tuve, porque yo le até los globos) un pequeño detalle: que tenía que bailar! Pobre, la mitad de la actuación se la pasó boqueando entre tantos globos, mi vida!!! Pero ella, fascinada. Fue la uva más linda que hemos visto alguna vez.





jueves, noviembre 17, 2011

Pedido insólito

"¿Mamá?", dice Joaquín. "Ahora que sabés cuidar un perrito y las plantas, podés tener otro hijito. Yo quiero un varón".

Mirá vos, el títutlo habilitante era el perro, no los tres cachorros que tengo.

domingo, octubre 23, 2011

Cómo pasa el tiempo....

Vamos a menudo a la granja. Y, como pasa siempre en la vida, nos encontramos con los mismos amigos de siempre. Nosotros no somos siempre los mismos, pero el jugo a la vida se lo seguimos tomando a borbotones, todos los días.

Joaquín, con su amigo allá por 2009; y ahora en 2011.

































La brujita con su sobrina, y ahora con su hijito...
































La abuela mimando a Matilda, y repartiendo esos besos intensos también a Rocío.





























Matilda husmeando secretos del vecindario con las gallinas...




Y preguntando ahora cómo les fue de amores en los últimos dos años.


martes, octubre 11, 2011

Habemus pichichus



De mi parte, yo ya había concedido el sí. Felipe se atajaba con un "ya veremos". Estábamos esperando, quizá sin confesarlo, que él nos encontrara a nosotros. Y así fue. El lunes salimos con Joaquín a disfrutar del sol hermoso de la mañana en bicicleta. Paramos donde un hombre tenía muchos perros, Joaquín se baja a tocarlos y vuelve con los ojitos humedecidos y un pompón negro entre las manos: "Mami, me lo regaló..." A mí también me enamoró. Preguntamos tamaño futuro (nos prometieron que será chiquito, algo que dada nuestra supina ignorancia no podíamos ni siquiera refutar), lo consulté telefónicamente con Felipe y volvimos hasta con una moción de nombre: Pichí. Las nenas cuando lo vieron se desesperaron. Matilda lo acuna como si fuese un bebé, Rocío lo persigue y le dice "totúuuuuu" (como a la tortuga), a la tortuga no le gustó ni medio compartir el patio y nosotros... por ahora felices con el cachorrito.
Ayer creímos que era hembra, hoy Gabriela nos dice que no, que es varón... Y fuimos al veterinario con la lista de dudas que escribió Joaquín (excusa para un dictado) y nos olvidamos de preguntar qué es.... Igual, Pichí sirve para las dos.
Quién iba a decir que yo, que crecí sin perro, iba a estar tan feliz con la bolilta de pelos.

lunes, agosto 22, 2011

Olores

Él me llama con urgencia al baño. Pasamos, cierra la puerta. "Olé", me pide.
("qué macana se habrá mandado"... pienso).
"Decíme má qué es, porque es el mismo olor que había en el campamento y no quiero que se me vaya".


...
No crezcas nunca, Joaquín de mi alma.

domingo, julio 31, 2011

Me gusta mi mamá

Estábamos en la cocina, ella dibujaba, Joaquín armaba y desarmaba un auto; Rocío daba vueltas. De pronto levanta la vista y con unos ojos infinitamente perdidos en la nada sentencia: “A mí me gusta mi mamá”.

Así, del fondo de su alma. De esa pequeña cabecita de tres años y medio, seducida quizás por el aroma de chocolatada y tostadas que estaba preparando, cantando por enésima vez el CD de la reina batata.
Matilda encontró las palabras más sinceras y simples con que se puede nombrar el milagro que supone una mamá que la cuida y una hija a la que le gusta su mamá. Mucho.

Y la cosa viene a ser que la mamá nombrada soy yo. Qué importan los kilos de más, la panza que quedó como para jugar al elástico, lo que uno ya no tiene más tiempo de
hacer. Yo la abracé y me la comí a besos. A mí también me gusta mi Matilda. Infinitamente.