Y sí, nació Matilda!!! Está con nosotros, es un ovillito de ternura, un gatito que busca la teta con una pasión que la comemos a besos. Sanita, de ojitos chiquitos buscando calor. No hay dudas de que se hizo esperar. Como Dios manda, porque llegó al mundo después de 31 horas de trabajo de parto... Bravas, indescriptibles, luminosas cuando sentía que estaba ahí, a punto de nacer. Pude tener mi parto natural después de una cesárea, gracias a un doc que nos supo esperar sin urgencias. Gracias a un Ipe que me hizo tantos masajitos y abrazos que fueron indispensables, tanto antes como ahora. Gracias a una red de amigas y hermana (especialísimas algunas) que estuvieron ahí en las ansiedades, haciendo el aguante mientras nuestra hijita elegía el día de su futuro cumple. Gracias a todos los abus que estuvieron cuando los necesitamos. Gracias a mi mamá, la mejor del mundo, que me abrazó tanto entonces como ahora.
El amor se duplica, estalla, no hay más lugar en nuestra casita de toda la felicidad que nos invade. Joaquín repite que es hermosa y pide abrazarla. Todos nos abrazamos.