domingo, abril 13, 2008

Tallarineada


Nos decidimos a hacer tallarines. Sí caseros, con la Pastalinda en préstamo de la abu Gra. Invitamos a Luchi y Silvia, los hacemos temprano, si no nos salen, los compramos. Llamo a mi vieja: "Un huevo por persona, harina tres ceros, un chorrito de aceite y amasar hasta que haga globitos. Dejá descansar la masa. No, harina cuatro ceros no, tres". Como tenía los cuatro ceros que no iban, me fui al súper exclusivamente: dos paquetes de harina y una caja grande de huevos. Viernes a la mañana: Joaquín, ¿¿vamos a romper los huevos??, invito. "Sí!!!!!". Con santa paciencia, uno por uno, el niño los rompió en el bolcito y de ahí, al grande. que no queden cascaritas, que no rompa tan fuerte. Pongo harina, amaso. La masa descansa. Hace su entrada triunfal a la cocina la Pastalinda cuando mi vista, de repente, se clavó en el paquete de harina. Sí, el que le había puesto a los 10 huevos. Era celeste. Blancaflor. LEUDANTE!!! Burra, burra. ¿Mami?, llamo desperada. ¿Sirve la leudanteeeee?. "¡Hijaaaaa! Te dije tres ceros! Tres! Dónde tenés la cabeza?!". Si supiera yo. Ipe, andá vos a comprar la harina. Que sean tres ceros, por favor.
Nootros rompemos los huevos. Joaquín, ¿¿querés romper más huevos??, vuelvo a invitar. "Sí!!!!!". Otros 10 huevos en su rito: primero al bolcito, luego al grande. "Yo los reviento, mamá". Y los pincha con el tenedor y revuelve toda esa pasta hasta que el amorcito lindo de la mamá que es tan buen cocinerito con su codito hace así, para arriba, y tira todo el bols al piso con los 10 huevos y ese-cho-rri-to-de-a-cei-te que no tenía que faltar. Ay mamá, porqué no venís vos a hacer los tallarines. Me enojé mucho, mucho. Limpié. Y llegó la harina tres ceros. Rompí yo los 10 huevos, que a esta altura fueron 30. Tres horas de descanso para la masa y volvimos, con dos ayudantes de lujo: Ipe al mando de la Pastalinda, Titín de copiloto y encargado de tirarle harina a la masa, Matilda tripulante rasa. Después, Titín fue ascendido a capitán mayor para cortar la masa y ver cómo caen los fideos, dado que el capitán abandonó el cargo por razones de fuerza mayor: se insubordinó la tripulante.
Los comensales quedaron fascinados. Todo un éxito (?????) nuestra primera incursión con la Pastalinda.

2 comentarios:

mardevientos dijo...

TREINTA huevos?????... decime que en el patio de atras pusiste un gallinero!!!!!
Me alegro que hayan superado la prueba!

Veo que alargaste una hora el nos despertamos.. antes no era a las 7???... Mati los deja dormir un poquito mas!

UN BESO

Anónimo dijo...

La verdad que tenés razón, nunca había dejado un comentario en tu blog, aunque lo miro cada tanto. Cómo me reí con lo de los 30 huevos! Menos mal que empezaste temprano, que si no "te dan las uvas" como dicen acá!!!!!!!!!! Besos enormes.
Mile