Cuando Cata y María vieron el río dijeron asombradas: “¡Mirá mamáaaaa, el mar!!!” Vivimos a 30 minutos de las sierras y las pobres niñas no conocían nuestros ríos y piedras… algo que prometimos hacer más a menudo, llevando la malla, claro.
Como la tía postiza temió que confundan el león con el perro de la esquina, la convencí a la mamá de las niñas, Laura también, para ir al zoológico. Partimos, 32 grados en pleno otoño, con la Mati upa y María ídem en el último tramo, justo cuando se hacía de noche y había unos 300 escalones hacia arriba. Creo que otra vez no la convenzo.
Con Laura nos conocimos hace 15 años y las vueltas de la vida hace que estemos compartiendo la felicidad de ver crecer a nuestros hijos, la profesión, la amistad, los consejos, las risas, los miedos, los planes.
¡Las queremos mucho a las tres!!!! Que se repitaaaaaa, porfi!!
martes, abril 29, 2008
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