lunes, enero 08, 2007

¿Cómo pongo pausa?

La tecnología acorta distancias, nivela sectores sociales y acentúa la globalización a puntos asombrosos. Nada de eso es nuevo. Pero el fin de semana pasado lo sentí de manera directa. San Javier es un poblado bastante aislado de la provincia de Córdoba, a 170 kilómetros de la Capital, pero cruzando las altas cumbres. Allí los habitantes no llegan a 800 y el pueblo fue noticia hace unas semanas cuando se juzgó a Elizabeth, una jovencita que mató a su bebé producto de la violación a la que sometió su patrón durante más de una década. Durante el juicio, Elizabeth dijo que sintió dolores, se fue al baño y "le salió una cosa". Después se comprobó que nunca se enteró de que estaba embarazada ni nada de eso, una de las razones que le valió para ser absuelta.
El domingo caminábamos en familia por una de las calles internas de San Javier, donde hay muchos pobladores de la zona y no turista, cuando al lado nuestro cruzan dos chicos de unos 9 años y uno le pregunta al otro: "Che, cómo le pongo la pausa?" Miro y estaban con un MP3, que acá (como en todas partes del mundo) son cada vez más baratos. No sé si lo compró o no, cómo le carga música, nada. Pero estaba con una tecnología a la que yo, personalmente, accedí hace poco tiempo, en un pueblo donde una chica no supo detectar siquiera que estaba embarazada.
Hay paradojas que no entiendo.