lunes, julio 27, 2009
¿Dónde está Joaquín?
No se infarten... el de arriba es Joaquín. Cuando él se hamaca, la mamá reza. Qué le voy a hacer? Tiene ya un posgrado en hamacas, lo miro todo el tiempo, vigilo que no haga cosas raras, pero le gusta la velocidad.
Estos son días de estar mucho en casa. Los días de sol nos cruzamos a la plaza y con los chicos del barrio hacemos instrumentos musicales. En casa aprendimos hacer aviones de los buenos, como el escorpión del aire y el insecto lunar. Nos fuimos de paseo a Baires, a visitar al padrino, nos tocó la ola polar pero la pasamos genial. Conocimos la tortuga gigante del Zoológico y prometimos que vamos a volver a visitarla. El padrino, mi hermano, un sol.... y está tan linda su casita que prontito seguramente le caemos en patota.
jueves, julio 02, 2009
El gran susto
Me regalaron hace tiempo una plantita de menta en una pequeña maceta. Se estaba muriendo y la transplanté a una maceta más grande para ver si la podía resucitar.
Ayer, en medio de otras plantas, la encuentro dada vuelta, con toda la tierra afuera y el brote de la menta resucitada en medio del pasto.
Pensé en Matilda, que no hay forma de que la aleje de la tierra o en Manuelita, la tortuga que se sube a un macetero (lo juro!) y me tira las macetas que quedan en el borde.
No encuentro el cuchillo viejo que uso para los plantines, busco una cuchara, la hinco y...... AAAAAHHHHH, pegué el grito del día. Ahí estaba Homero, hibernando calentito, frío y viscoso, el sapo de la casa. No encuentro a la rana Lisa, pero juro que no meto más la cuchara en una maceta. Por lo menos hasta que aparezcan los bichos.
Ayer, en medio de otras plantas, la encuentro dada vuelta, con toda la tierra afuera y el brote de la menta resucitada en medio del pasto.
Pensé en Matilda, que no hay forma de que la aleje de la tierra o en Manuelita, la tortuga que se sube a un macetero (lo juro!) y me tira las macetas que quedan en el borde.
No encuentro el cuchillo viejo que uso para los plantines, busco una cuchara, la hinco y...... AAAAAHHHHH, pegué el grito del día. Ahí estaba Homero, hibernando calentito, frío y viscoso, el sapo de la casa. No encuentro a la rana Lisa, pero juro que no meto más la cuchara en una maceta. Por lo menos hasta que aparezcan los bichos.
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