lunes, mayo 11, 2009

Maia

Las amistades que nos acompañan desde hace años se reconvierten con los hijos. Incorporamos en nuestras conversaciones el tipo de caca que hace, o la cantidad de dientes que tienen al llegar al año. Pero hay algo más trascendente, que te hace temblar el alma cuando ves que tu hijo/a comparte juegos y charlas con el hijo/a de tus amigos. Es ver perpetuar este lazo tan conmovedor que nos distingue como humanos.

Estos días llegó Marcela a Córdoba desde Italia. Con su Massimo y su Maia, tres meses menos que mi Matilda. Y si bien a esta edad cada una hace la suya, verlas así, tan parecidas, tan "futuras amigas" me emocionó mucho. Esos "compartires" son los que más pesan en la distancia...

5 comentarios:

Unknown dijo...

Ay Lau, es tan significante este post para mi.... a veces quisiera que el Atlantico se convirtiera en un charquito chiquitititito...

London dijo...

Cambio de look Laura!! es genial. Tienes razón, las amistades se reconvierten al ser mamas. Sólo tengo una amiga que tenga niños y es realmente con la que mas nos entendemos.

Aitana y Dakota van por camino de ser buenas amigas como su madre y yo en un futuro.
Besos

Greencolorss dijo...

Laura: Matilda está hermosa!!!
Me encantaron las fotos.
A nosotros nos pasó lo mismo hace un par de semanas y fue ver como mi Matilda jugaba con su mejor amigo que no lo veía hacía un tiempo. Es impresionante como se comunican. Tengo ganas de filmarlos.
Te felicito por esa enana.
Un beso

mardevientos dijo...

Y yo lo vivi con la misma emocion con la que lo viviste vos..
Mirarlos mientras jugaban los tres, mientras ellas se miraban y se sonreían a la distancia y, al final, mientras se saludaban con un hasta pronto que nadie sabe cuando será, me emocionó.
Me llevo de recuerdo esa carita de Mati y los ojos de Joaquín. Y sobretodo la alegria de esas horitas que compartimos todos juntos!
TQM.

Ximena dijo...

Laura qué lindo está el blog, y los chicos re crecidos, te felicito, me morí con los lectorcitos, genial!!, un beso grande