Postales

Me demoré mucho en escribir esta página porque es difícil encontrar palabras para describir lo más importante que me ha pasado en la vida. No quiero caer en lugares comunes, ni hablar de eso que hemos leído o escuchado tantas veces las que ya doblamos la curva de los 30. Pero es así de simple: Joaquín me cambió la vida. Quienes me conocen saben bien a qué me refiero y quienes no, se podrán imaginarlo si tienen (propios o prestados) algún par de ojitos revoltosos enseñándoles a descubrir el mundo con otra mirada. Joaquín hace que todo esfuerzo, todo plan a futuro (chico, grande, mediano), todo riesgo a correr ahora tenga otra dimensión. La vida se piensa de una manera diferente cuando te sabés importantísima para alguien que con sólo decirte "mamá" le echa un puñado de sal a esta vida tan linda. Te quiero hijito.

No me pasó nada!!!

Debo confesar que la vorágine aflojó un poco, pero cada tanto, algo hay. Abro el correo después de dos días y me encuentro con tres mails de esas famosas cadenas que te advierten que si no mandás 10 correos en los próximos 10 minutos, una catástrofe te sucederá en cuanto salgas de tu trabajo; o te prometen felicidad en cuotas del tipo "si se lo mandas de 0 a 5, serás feliz, pero si tu mail va de 5 a 10 serás refeliz, y si llegas a 20, serás recontrafeliz" (???). O los peores, de esos que apelan a fotos de niños lisiados para convencerte de que dispares el mail a toda tu lista de contactos. Nunca nunca reenvié un correo de esas cadenas, y pido disculpas a quien la haya hecho de corazón. Tampoco sé si hay una red de especialistas en spam esperando que yo haga click en todos mis conocidos para robarles sus direcciones. No sé. Pero no me pisó un auto y soy recontraquetefeliz... Pero en una de esas, termino de escribir esto y se me caen todos los maleficios juntos, no? ¿Quién sabe?

Jazmines

Uno en la vida sueña con muchas cosas. Sueños chicos, grandes, medianos... Tengo un poco de todos, pero esta mañana se realizó uno de esos extremadamente simples: vi que el pequeño jazmín de mi casa tiene dos pimpollos. Verdes, muy verdes todavía, pero me emocionaron porque encierran muchas cosas: porque la planta me la regaló mi mamá, que la tenía en su jardín; porque después de muchos años de vivir en departamento, puedo decir con orgullo que está en MI jardín y sobre todo, porque estar en una casa con jardín habla de haber armado hace cuatro meses una hermosa familia, junto a Felipe y Joaquín. Así que por eso, celebro hoy los dos pimpollos.

Un soplido de la naturaleza

Hace rato que tenía ganas de iniciar un blog. El empujón lo encontré el domingo por la mañana, cuando con mi amiga "la Pioja" hicimos una bicicleteada espectacular de dos horas a todo pedal. Había llovido mucho en esta ciudad de Córdoba y el cielo estaba limpio a rabiar, con el sol recortado sobre las sierras. Salimos rumbo a La Calera y allí subimos unos senderos montañosos hasta llegar a un río espectacular. A la tarde, ya estaba trabajando en medio de la ciudad, frente a una computadora.
Mientras pedaleaba, dije: "Por esto es espectacular vivir en Córdoba. Y esto es algo para contar en un blog". Y me decidí. Esta ciudad tiene muchos grises, es cierto, pero te permite escaparte en un abrir y cerrar de ojos, hasta en bicicleta, respirar aire puro y meter las patas en el agua.
¿Casi casi que eso no tiene precio, no? Así que, bienvenidos a este blog de postales virtuales que ojalá puedan oler tan rico como la tinta del papel.